Por Sofía Tenorio
Los diseños para los carteles de estos juegos olímpicos fueron encargados por el Comité Olímpico a Lance Wyman, Pedro Ramírez Vázquez y Eduardo Terrazas quienes fueron enfocados a la cultura mexicana en combinación con la contemporaneidad expresiva. Para lograr tal objetivo Lance Wyman paseó por las calles de México y no sólo se maravilló de los lugares que encontraba, también se percató de las problemáticas sociales del país. Dicha investigación influyó en que los diseños debían ser una representación que pudiera reflejar la herencia cultural mexicana al resto del mundo. Eduardo Terrazas realizó junto con su equipo un proyecto de diseño, que integró la publicidad, señalética mapas, timbres postales, carteles y todo aquello que pudiese mostrar al verdadero México, sin olvidar la función que estos debían cumplir.
El logotipo fue inspirado en estudios del arte huichol, estableciendo el uso de líneas múltiples en repetición como parte de la influencia del Op art y la Psicodelia, estilos modernos de los años sesenta. En base a la geometría de los años, la cual se integraba perfectamente con el número 68 se tomó la decisión de incorporar la palabra México con líneas que parecen irradiar del núcleo compositivo del 68 bajo un concepto claro, sencillo y preciso, Las líneas curvas, combinadas con un juego de superposiciones y transparencias entre el número y anillos, traslada de forma inmediata a la palabra MEXICO, dando el aspecto de ser ondas de agua impactadas por la caída de un objeto. La tipografía en negro otorga sobriedad, y aplicada sobre el fondo blanco permite destacar el colorido de los anillos, convirtiéndose en un elemento principal de toda la composición. A partir del logotipo se realizaron los carteles en diferentes colores ( rojo, azul, amarillo, verde o negro) que representaban a cada uno de los aros olímpicos, con una reproducción de cerca de 25, 000 copias por cada variante.
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